Roma. Ciudad europea situada en la península itálica y capital de ésta. Es bastante grande, y por mi propia experiencia, imposible sacarle partido en tan solo un día de visita.
Podemos dividir la ciudad en dos zonas; la Roma antigua y la Roma un poco más moderna.
Lo primero que pude disfrutar de esta ciudad fue el conocido Coliseo. Se trata de un gran antfiteatro de la época del Imperio romano, construido en el siglo I en el centro de la ciudad de Roma. En la antiguedad, era conocido con el nombre de Anfiteatro Flavio en honor a la Dinastía Flavia de emperadores que lo construyó, y pasó a ser llamado Coloiseo por una gran estatua ubicada junto a él no conservada en la actualidad.
Su tamaño y grandeza son lo que más llaman la atención. No hay que perderse las historias que pueden contarte sobre lo que pasaban los gladiadores que allí luchaban para entretener a los ciudadanos.
En la actualidad, el Coliseo es una de las mayores atracciones turísticas de Roma y son miles los visitantes que pagan cada año por entrar a visitarlo. El precio de las entradas varía depende que parte del antiguo circo queramos ver.
Lo fantástico de la ciudad de Roma es que a cada paso puedes encontrar un monumento, arte o lugar reconocido, tan solo a unos metros del anterior. En la foto superior, el arco de Constantino, ubicado junto al Coliseo. Abajo, la Fontana di Trevi.
Roma a sido escenario de multitud de conocidos films, como por ejemplo; "Angeles y demonios" o "Vacaciones en Roma". La magia que desprenden sus calles pueden llegar a despertar la sensación de encontrarte en una película.
Otros de los lugares que visité fue la Capilla Sixtina, El Panteón o la Piazza di Spagna, entre otros. Pero como dije anteriormente, lo hice todo a pie y en un día. Tras compartir impresiones con otras personas, me dijeron que ni en una semana puedes captar toda la belleza de Roma. La verdad, espero poder regresar pronto.
Y el final de nuestro paseo, cruzando por un puente del río Tevere (Tiber), llegamos al Vaticano. Se trata de un microestado europeo, el cual apenas poseé medio kilómetro cuadrado de extensión. En él se encuentra la conocida Basílica de San Pedro y la Santa Sede. Hoy en día, está permitida su visita al completo, con la exigencia de vestir con recato. Está prohibida la entrada con tirantes y pantalones cortos tanto a hombres como a mujeres.
En mi caso, no pude ni adentrarme en ella, ya que llegamos al Vaticano a la hora de comer y me quedé en la larga calle que hay hasta la plaza tomándome un auténtico calzzone italiano. Allí puedes encontrar multitud de tiendas de souvenirs y vendedores ambulantes (eso en la parte exterior al Vaticano) en los que puedes comprar recuerdos del viaje. Yo me llevé un rosario (como no) y una botella de limoncello, el licor típico de Italia.
Apenas puedo contar nada de esta maravillosa ciudad, ya que la visita pasó en un abrir y cerrar de ojos por tratarse de una parada de nuestro crucero. Aunque no pueda hablar de hoteles y ubicaciones porque apenas recuerdo, creo que la parte del Coliseo fue la que más me gusto, aunque el alojamiento debe de estar por las nubes en esa zona.
Tengo la esperanza de volver. Ryanair, te invito a ofertar un vuelo desde Alicante a un precio económico, serías de gran ayuda. ;)