Y nos metemos de lleno en la bella Italia. Hoy he decidido hablar de Pisa y de Florencia de manera conjunta, ya que se tratan de dos localidades que se encuentran a tan solo 115 kilómetros de distancia, y las cuales visité en una misma jornada.
PISA
Tras desembarcar en Livorno, un pueblo de la Toscana italiana, cogimos un autobús para ir a Pisa (bueno, más bien, al conjunto de Pisa, donde se encuentra el baptisterio, el duomo, el camposanto y la torre).
Pisa tiene un origen desconocido. Existe una leyenda que habla de unos fundadores de origen griego que procedian de una ciudad llamada Pisa, la cual se encuentra a lo largo del rìo Alfeo en el Peloponeso. Se dice que éstos fundaron otra ciudad con el mismo nombre en Italia tras de la guerra de Troya.
Pues bien, al igual que la torre Eiffel es para París, la torre inclinada es para Pisa el símbolo que la representa. Ésta es el campanario de la ciudad. Como curiosidad, estuvo cerrada al público durante casi 11 años para impedir su derrumbamiento. Fue en 2001 cuando volvió a ser abierta a los turistas.
En muchas ocasiones, personajes famososo en la historia como Alessandro Della Gherardesca y Benito Mussolini intentaron colocarla en posición vertical, siempre con un fracaso como resolución.
Con respecto al lugar, pensaba que me iba a llamar mucho más la atención. Se trata de un largo paseo en el que vas dejando a tu izquierda los monumentos y a tu derecha innumerables puestos de souvenirs. Es bonito, claro que si, pero esta exento del calor que puede recibirse al visitar una ciudad, donde observas sus gentes, sus tiendas... En la zona donde se encuentra el conjunto de Pisa hay eso, y poco más.
Aquí una foto de todos los turistas emocionados haciendose la típica foto aguantando la torre (si, yo también la tengo...).
FLORENCIA
Es la capital más poblada de la región de la Toscana y es el centro de una importante área metropolitana.
Como digo siempre, "para los amantes del arte" es genial. Hay un montón de cosas que ver, y obviamente no puedes perderte el David de Miguel Angel, que se encuentra en la famosa Galería de la Academia. Es enorme.
Abajo una foto en el Duomo.
A pesar de su exceso de monumentos para aquellos que no os gusten, no deja de ser una ciudad con un toque mágico.
Se debe mencionar el famoso Puente Vecchio, el cual fue el único que sobrevivió a los bombardeos nazis de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, el famoso puente del siglo XIV es la casa de muchos joyeros y es la principal zona de compras a la que acuden miles de turistas a vaciar sus bolsillos. Fue idea de Cosimo de Medici el cambiar el tipo de negocios del puente, y por eso ordenó a los carniceros que allí trabajaban que abandonaran el lugar y dejaran paso a un comercio más elegante.
Sobre las tiendas hay un pasadizo secreto conocido como el Corrodoio Vasariano. Vasari construyó el pasadizo con la idea de proteger a la poderosa familia Medici de la plebe Florentina cuando iban de un palacio a otro.
Comimos en una pizzeria, porque no nos podíamos ir de italia sin probar sus pizzas, y como no podía ser menos, había que probar uno de los capuccinos de allí, de postre, que tienen fama de ser exquisitos. Nosotros fuimos a tomar uno a la piazza del duomo, y la verdad es que me supo a gloria. Mmmmmm...
Y hasta aquí todo lo que puedo contar. Fue una experiencia corta, ya que apenas estuve más de 6 horas en total en las dos ciudades. Pisa es pequeña, y apenas llama la atención en algo más que en la torre y las callecitas de alrededor. Sin embargo, me quedé con más ganas de seguir descubriendo Florencia, ya que sólo pude visitar una pequeña parte.
Os dejo con esta última imagen que hice en la ciudad; ciao bella.
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