domingo, 19 de diciembre de 2010

Pompeya


"En el año 79 d.C los pequeños terremotos que solían sacudir la zona de Pompeya aumentaron considerablemente. Uno de ellos llegó a bloquear el flujo de agua del acueducto que abastecía a ésta ciudad y a la de Herculano, que eran vecinas. A la una de la tarde del día 24 de agosto se produjo una explosión cien veces más potente que la de la bomba atómica de Hiroshima. La parte más alta del Vesubio voló por los aires. En ese momento, comenzó la emisión de gases, polvo y cenizas a la atmósfera.
Los habitantes de Pompeya se encontraba aún tranquilos, porque la ignorancia hacia el funcionamiento de los volcanes era total en aquella época. El Vesubio llevaba aproximadamente 1.500 años en silencio, sin probocar una sola erupción. La última había acontecido mucho antes de la fundación de Roma y Pompeya, por lo que sus habitantes lo tenían por una simple montaña inofensiva.
Debido a la falta de seguridad sobre lo que podía ocurrir, fueron pocos los que cogieron sus pertenencias y abandonaron la ciudad. Unas horas después, la ceniza comenzó a acumularse en la atmósfera, tiñiendo todo el cielo de negro. De esta manera, Pompeya quedó oscurecida como si se hiciese de noche en pleno día. A la ceniza le siguió una lluvia de piedra pómez sobre la ciudad, que se acomulo por las calles, inundándolas. Debido a esta tragedia, se perdieron las vidas de los 20.000 habitantes que en aquel momento residían en Pompeya. A causa de la lluvia de piedras, la ciudad se conservó en perfectas condiciones, en la que se pueden encontrar casas intactas, pinturas e incluso personas."


De mi viaje a Nápoles, es la ciudad de Pompeya lo único que podría destacar. Sin duda, es uno de los lugares que más me ha llamado la atención de todos los que he podido visitar. Es increible el perfecto estado de conservación de las infraestructuras de la ciudad Napolitana. Los precios de las entradas son éstos.


Curisidades hay muchas. Una de ellas son los protíbulos que tanto destacaban en la época romana. En la ciudad de Pompeya se indicaba donde podías encontrar uno en las propias paredes de las casas. Las señales estaban formadas por organos reproductores masculinos que indicaban el camino como si de una flecha se tratase... muy curioso.



Ninguna de las casas tienen su techo original, pero la mayoría han sido reconstruidos. Gracias a este detalle, a nadie se le pasaría por la cabeza pensar que esas casas tienen 2000 años.

Pero si algo es realmente curioso, es la conservación de las personas que habitaban la ciudad. Puede observarse en la foto de abajo, como se han quedado totalmente petrificados en posiciones de pánico y miedo, justo en el momento de la lluvia de piedras pómez, que acabó con la vida de todos.

Existe un documental narrado como un cortometraje bastante interesante. Se llama Pompeya, el último día, y lo podeis ver aquí si os interesa conocer más sobre el tema.

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